ABUSO SEXUAL INFANTIL

Por años todas las conductas características por rasgos de violencia que se cometían en el ámbito familiar habían permanecido silenciadas pues se pensaba que esto era un asunto íntimo y/o de la pareja que sólo a ellos competía. Particularmente el asunto de la violación y el abuso sexual infantil o asalto sexual se mantenía en el mutismo ya que ponía en tela de juicio a las instituciones de la familia, escuela y hospital.
Paradójicamente estas instituciones habían sido consideradas como espacios seguros y protectores, sin embargo es ahí donde se comete un gran porcentaje de estas conductas.
La violación y el abuso sexual infantil son dos entidades diferentes que guardan una estrecha relación en cuanto a su rasgo fundamental: ambas están circunscritas al marco del poder y de la violencia. Por violencia debe entenderse el poder para imponer la voluntade a los otros; en nuestra sociedad se ha creado la idea de que hay seres más valiosos que otros y por tanto hay seres menos valiosos o inferiores.
Los "valiosos" socialmente hablando llegan a creer que tienen el poder para imponer su voluntad a los "inferiores".
Socialmente han existido ciertos grupos vulnerables y frágiles como lo son las mujeres, los niños, los ancianos, los indígenas, los homosexuales, los negros y los discapacitados entre otros, es decir, los diferentes. Esa diferencia anatómica, cultural, racial, étnica y erótica sexual ha devenido en diferencia social y ha justificado hasta legalmente una serie de discriminaciones y maltrato hacia ellos.
En términos generales puede decirse que la violación y el abuso sexual infantil atentan contra los derechos humanos y civiles de las personas. Se puede afirmar que tienen ciertas características, a saber: 1) Ser actos pseudo-sexuales, 2), Realizarse por medio de la coacción física y/o moral y, 3) Realizarse contra la voluntad.
Por lo tanto, entiéndase por violación aquel ataque a la integridad personal de la persona contra la que se atenta, que se realiza en contra de su voluntad ya sea por medio de la coacción física o moral y en donde los genitales se emplean como arma (en buena parte de los casos), es decir, es pseudo-sexual, ya que no involucra la atracción ni el deseo de agradar sino de agredir.
El abuso sexual por su parte es la situación en la cual un adulto o adolescente tiene contacto con un niño para estimularse y gratificarse sexualmente. El abuso sexual a diferencia de la violación requiere de un desarrollo paulatino (atraviesa por diferentes fases), e involucra a un amplio abanico de conductas que van desde el exhibicionismo, la masturbación, hasta la penetración.
Contra lo que se creía anteriormente por diversas disciplinas, los ofensores son en su mayoría personas familiares y cercanas a la víctima -padre, tío, primos, padrinos, maestros-, quienes utilizan la ventaja que les da su posición de poder (afectivo, de autoridad, económico, de edad) para envolver al menor en actividades sexuales.
1) Creer totalmente en el menor,
2) Subrayar que el ofensor hizo algo malo y que no es culpa de ella/él,
3) Nunca deberá confrontar al menor con su ofensor,
4) Llevar al menor al pediatra para una revisión
5) Respetar el ritmo de la menor respecto a hablar de lo ocurrido según lo necesite. No debe forzarse ni silenciarse,
6) Buscar una psicóloga de confianza y con experiencia en estos casos.

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